¿Te gustan los thrillers en los que un personaje desaparece y tú no descansas hasta que lo encuentran? Pues hoy te traigo cuatro novelas de suspenso sobre secuestros.
Algunos autores dicen que escriben sobre cosas terribles con la esperanza de que, exteriorizándolas, no se hagan realidad. Creo que a los lectores nos pasa igual. Leer sobre algo que nos atormenta es como enfrentar ese algo.
Creo que esas lecturas que nos permiten entrar a los contextos de peligro que viven los personajes, son ensayos emocionales. Podemos «ensayar» —por decirlo de algún modo— qué hacer y cómo para salvar nuestro pellejo o el de nuestros seres queridos, en determinadas situaciones.
Si estás aquí es porque te gusta leer novelas de suspenso. Entonces doy por sentado que, mientras más real se sienta el peligro, más lo disfrutas. Sí, perdona mi sinceridad, pero parte de ser thrillerholic es ser masoquista. Y hay novelas que nos meterán el miedo en el cuerpo a unos más que a otros, en dependencia del tema central de la trama. Porque cada uno de nosotros tiene su propia historia, sus propios traumas y miedos.
En mi caso, uno de esos temas que me atormentan es el secuestro. Quizá por eso he leído varias novelas de suspenso con esa temática y hoy te comparto cuatro de ellas.
Índice de contenidos
Novelas de suspenso sobre secuestros
1. Cuando Ellie se fue, de Lisa Jewell
ENTONCES
Tenía quince años, la niña de oro de su madre. Tenía toda la vida por delante. Y luego, en un abrir y cerrar de ojos, Ellie se había ido.
AHORA
Han pasado diez años desde que Ellie desapareció, pero Laurel nunca ha perdido la esperanza de encontrar a su hija. Un día, un extraño encantador y carismático llamado Floyd entra en un café y enamora a Laurel. En poco tiempo, pasará la noche en esta casa y le presentarán a su hija de nueve años. Poppy es precoz y bonita, y conocerla deja sin aliento a Laurel. Porque Poppy es la viva imagen de Ellie cuando tenía esa edad. Y ahora todas esas preguntas sin respuesta que han perseguido a Laurel regresan. ¿Qué le pasó a Ellie? ¿A dónde fue?
Cuando Ellie se fue es un thriller psicológico de la estadounidense Lisa Jewell. La trama sigue a la protagonista, Laurel Mack, la madre de Ellie, quien desapareció un día de camino a la biblioteca, cuando apenas tenía quince años.
Mientras Laurel busca respuestas sobre la desaparición de su hija adolescente, el resto de la familia se sumerge en un silencio ensordecedor constantemente perforado por el nombre de Ellie. En el corazón y la mente de Laurel no quedó espacio para nadie más. Poco a poco se aparta de su marido hasta caer en un triste pero amigable divorcio, y descuida la relación con su otra hija, quien crece a la sombra del recuerdo de Ellie.
Pero han pasado diez años y ahora Laurel tiene una respuesta: su hija no regresará, porque está muerta. Decidida a rehacer su vida, se permite conocer a un extraño encantador. Siente que empieza a vivir de nuevo. Pero entonces conoce a su hija, Poppy, una niña de nueve años que es el vivo retrato de Ellie.
Cuando Ellie se fue es uno de esos thrillers psicológicos que ponen a prueba tus emociones y tu capacidad para soportar tensión. Lisa Jewell crea una gama de personajes que representan desde la más pura inocencia, hasta lo más retorcido de la condición humana. Personajes creíbles que te hacen empatizar y odiar al mismo tiempo.
Creo que ser madre es un gran impedimento para leer esta novela sin sufrir. Y no hablo de una lágrima aquí y otra allá. Hablo de que desde el mismísimo prólogo —que apenas tiene dos páginas— Lisa Jewell te advierte, con un estilo lírico pero lóbrego, que esta trama sórdida y abominable te va a llevar al límite de tus emociones. Que habrá momentos que pondrán a prueba tu tolerancia a todo tipo de aberraciones y, aun así, no la podrás abandonar.
Esta novela nace a raíz de una gran tragedia familiar: la desaparición de un ser querido. Me gustó mucho ver cómo cada miembro de la familia lidió con el trauma a su forma y evoluciona. Lisa Jewell tiene la habilidad de convencerte de un hecho para luego decirte a la cara que te equivocaste, que era aún peor de lo que imaginabas. Por eso, los giros argumentales me sorprendieron y cada uno me hizo volver a cuestionarme todo lo que entendía de la historia.
Mi puntuación 5/5
2. Marismas, de Beatriz Roger y Luiso Soldevila
Una tarde, a pocos días de Navidad, la pequeña Bashira desaparece sin dejar rastro en los jardines de un hostal en las marismas del río Ter. Mientras el comisario Narváez y su equipo se movilizan para encontrar cualquier rastro de la niña, el detective Nico Ros, que ha llegado a Llafranc para pasar las fiestas en familia, es contratado para reforzar la investigación por Jamal Daher, conocido narcotraficante de la zona y amigo de la infancia de Nico.
Las inclemencias del clima invernal, el complicado paisaje y los secretos y mentiras de los habitantes de las marismas complican una búsqueda contra reloj, pues cada hora que pasa disminuyen las esperanzas de encontrar a Bashira con vida. En las ciénagas del Ter nada ni nadie es lo que parece.
La pequeña Bashira, de diez años, fue vista por última vez en el patio del hostal donde trabaja su madre en Llafranc. Luego de la primera búsqueda, a la que se unen los habitantes del pueblo, la niña parece haber sido tragada por las Marismas del río Ter. Pero desde la primera escena, el lector tiene un dato que no tienen los personajes: una persona algo retorcida se le acercó y le ofreció sugus.
El padre de Bashira trabaja para Jamal Daher, un conocido narcotraficante del área. Y Jamal no confía en el trabajo de la policía, así que le encarga al detective Nico Ros que busque a la niña.
Desde la primera página de la novela Marismas me entró el miedo al cuerpo y supe que tendría que sufrir junto con los personajes hasta descubrir el misterio y encontrar a Bashira. Es una trama adictiva, tanto por el suspenso y los giros, como por la originalidad. Y es que te transmite ese sentido de urgencia, de no poder perder ni un solo segundo cuando una niña se ha perdido. Esto lo logra con un ritmo trepidante y capítulos cortos con finales que siempre te dejan el corazón en un puño y, por consecuencia, con ganas de más.
Tiene una narración fluida que te mantiene todo el rato dentro de la historia, incluso cuando no la estás leyendo. Y quiero resaltar que, a pesar de ser dos escritores, se complementan tan bien, que te hacen olvidarte de ellos. También es admirable —dentro de la crudeza del argumento— la delicadeza de la narración, que encuentra siempre una nota de sensibilidad en el terror. Ese tono sombrío y por momentos nostálgico me provocó esa sensación infantil de querer entrar dentro del libro, que, dicho sea de paso, no me sucede mucho.
Es una de esas novelas de suspenso que son muy visuales, de esas que terminas con muchas ganas de que las hagan película. A mí me quedaron muchísimas ganas de ir a Llafranc. De adentrarme en ese pueblo, en sus ciénagas, y, de paso, ver una tramontana.
La investigación policial está muy bien llevada. Esto logra que sea creíble sin necesidad de aburrirte con demasiados tecnicismos. Y aquí no puedo dejar de advertirte que Beatriz Roger es graduada en Criminología, y si eso no te hace salir corriendo a leer este libro, no sé que lo hará.
Mi puntuación: 5/5
3. Una buena chica, de Mary Kubica
Una noche, Mia Dennett entró en el bar donde había quedado en encontrarse con un amigo con el que salía de vez en cuando. Pero él no apareció, y Mia cometió la imprudencia de marcharse con un misterioso desconocido. Colin Thatcher parecía en principio un ligue inofensivo. Marcharse con él, sin embargo, acabaría siendo el peor error que había cometido en toda su vida.
Colin decidió llevarla por la fuerza a una cabaña aislada en las montañas de Minnesota en lugar de entregarla a las personas para las que trabajaba. A partir de ese instante, Eve -la madre de Mia- y el detective Gabe Hoffman no se detendrían ante nada para encontrarla. Nadie, sin embargo, podía predecir las implicaciones emocionales que tendría su secuestro y que acabarían por causar el derrumbe de la vida familiar de los Dennett.
La novela comienza cuando Eve Dennett recibe una llamada telefónica donde le dicen que su hija Mia ha desaparecido. A partir de ahí se entrelazan dos líneas temporales: una que relata todo lo que sucede antes y durante el secuestro de Mia, y otra que abarca su regreso a casa.
Mia proviene de una familia adinerada. Su padre es un reconocido juez, y su única hermana también se decantó por la abogacía. Pero Mia nunca cumplió las expectativas profesionales de su padre. Se fue de casa apenas cumplió dieciocho años, vive en un pequeño apartamento y es profesora de artes plásticas en un instituto. Por su carácter rebelde y su palpable desinterés por el prestigio social y los lujos, su padre la ve y la trata como a la oveja negra de la familia.
Aunque la historia gira alrededor de la vida de Mia y su secuestro, ella solo gana voz narrativa en el epílogo. El resto de la novela es contada a tres voces. Una de las narradoras es Eve, la madre de Mia; los otros dos son el detective Hoffman y Colin, el secuestrador. Aunque estas voces narrativas se alternan constantemente, al igual que las escenas del presente y el pasado, no perdí el hilo conductor en ningún momento. En este sentido, creo que la trama está muy bien estructurada.
Una buena chica es una historia que trata temas como las familias disfuncionales, los abusos del poder y las diferencias sociales. Creo que la trama está muy bien hilada y el final es impactante, o al menos, yo no lo vi venir. Sin embargo, el nivel de suspenso me pareció flojo, quizás porque muy pronto sabemos que Mia ya regresó a casa sana y salva. Pero aun así es uno de esos libros que te mantienen pasando página porque genera bastante intriga.
La autora sabe cómo hacerte sentir que hay grandes secretos detrás del secuestro, y estos no son nada predecibles. Los giros argumentales son buenos, sobre todo el último, el del epílogo, que no lo vi venir.
Mi puntuación 3.5/5
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4. La madre perfecta, de Eimee Molloy
Se hacen llamar las madres de mayo, porque es el mes en el que nacieron sus hijos. Desde entonces, se han reunido dos veces por semana en el Prospect Park de Brooklyn para compartir experiencias y preocupaciones sobre sus recién nacidos.
Una noche deciden salir un poco de la rutina, alejarse por unas horas de su estrenado papel de madres responsables y salir de copas, reírse un rato, pasarlo bien. Pero algo se tuerce irremisiblemente cuando Midas, el hijo de Winnie, desaparece mientras duerme sin que la canguro sepa dar explicación alguna y sin dejar rastro.
¿Qué peor pesadilla puede existir para una madre que no saber dónde está su hijo de apenas seis semanas? Lo que sigue es una carrera contra reloj para encontrar a Midas en la que todas las madres del grupo tendrán que decidir cuánto están dispuestas a arriesgar para dar con el pequeño, aunque eso signifique exponer sus secretos, desafiar sus miedos, poner a prueba las vidas que tan cuidadosamente han construido e incluso cuestionarse a sí mismas.
Dos veces por semana, un grupo de madres se reúne en un parque de Brooklyn. Son todas madres primerizas y sus hijos nacieron en el mismo mes. Por eso se hacen llamar las madres de mayo. Se conocieron en internet, en una app de madres primerizas. Estas mujeres intentan reestructurar sus vidas alrededor de sus bebés de seis semanas, nada más y nada menos que en Nueva York. Sí, cada una aspira a normalizar los horarios de sueño de ellas y de sus hijos en la ciudad que nunca duerme.
A partir de la desaparición de Midas, el bebé de Winnie, el resto de las madres entra en estado de shock. Uno de los pequeños ha sido robado de su propia cuna y la canguro ni vio ni escuchó nada. Lo peor de todo es que sucedió justo la noche en que las madres de mayo decidieron irse de copas para desconectar de su nueva y estresante rutina. La culpa salta de una madre a otra, así como la necesidad de encontrar al bebé.
Es interesante que, aunque el bebé desaparecido es de Winnie, ella no tiene protagonismo en la historia. Las madres: Nell, Scarlett y Francie son los personajes más presentes y, a través de sus impresiones y acciones, iremos armando el rompecabezas.
La madre perfecta es una novela de suspenso en la que muchas madres encontrarán puntos de coincidencia y se sentirán identificadas. Hace mucho hincapié en los miedos maternos y en la competitividad que surge en ese ámbito. También da visibilidad a esa constante inseguridad de no saber si estamos haciendo las cosas bien con nuestros hijos.
Me parece que la novela tiene más dosis de misterio que de suspenso. Digo esto porque hay muchas preguntas por resolver, y nos preocupa el bebé desaparecido, pero no sentí que los demás personajes estuviesen en demasiado peligro en ningún momento. La trama me pareció original y el ritmo se mantiene bastante constante de principio a fin. Creo que los tiempos están muy bien manejados, sobre todo, con la cantidad de personajes principales. La resolución fue sorprendente, aunque me pareció un poco tramposa de parte de la autora por no haber dejado suficientes pistas a lo largo del camino. O quizás sí las dejó, pero se le escaparon a esta thrillerholic.
Mi puntuación 3/5
¿Has leído o te gustaría leer alguna de estas novelas de suspenso sobre secuestros? Te leo en los comentarios 🙂
